lunes, 12 de enero de 2009
LUZ
Después de tantos golpes bajos, descalabros, después de contemplar nuestras heridas y cicatrices. Después de abandonar planes y después de tantos proyectos fallidos, por fin ve la luz Juan Carnaval. Nuestro amigo nace lejos de la opulencia y el lujo, lo suyo son las esquinas leprosas, el aserrín de las pulquerias, deambular por carreteras irregulares y navegar a través de mares inciertos.
Nuestro compita está verdaderamente lejos del egocentrismo y el autoelogio, más bien lo atraen el cinismo y la mediocridad, se deja seducir por la soledad y el vicio. Es sumamente criticón, especialmente con los lisiados intelectuales y morales que ocupan las altas esferas en esta sociedad. Por tanto, ustedes no duden en criticarlo, en destazar sus comentarios. Pónganlo en tela de juicio, al fin y al cabo siempre tendrá palabras ponzoñosas para regalar.
En fin, nació ya este esperpento, nuestro engendro ve la luz y nosotros por fin dejamos de contemplar saleros vacíos.
El rey feo
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