Efectivamente, mañana se vivirá otra larga jornada de eliminatorias en el orbe y conoceremos que nuevas representaciones se suman para el mundial del año entrante en Suráfrica. CONCACAF tendrá una jornada casi definitiva con los partidos Costa Rica vs Trinidad y Tobago, Honduras vs Estados Unidos y México vs El Salvador.
Javier Aguirre ya mencionó que van a “guerrear” contra su similar de El Salvador, porque no puede olvidar los malos tratos que sufrieron el 6 de junio de este año durante el partido en el Estadio Cuscatlán. Aún así dijo que no tienen ánimo de revancha, pero no dudó en señalar que El Salvador aquí ha entrenado y se le trata como en casa y hasta los aficionados les piden autógrafos, mientras que ellos no pudieron ni salir del hotel en 48 horas.
En fin, una vez más el discurso del Vasco Aguirre se muestra monótono, hueco y superficial. No justificó la exagerada hostilidad de un sector -repito un sector- de la afición salvadoreña, no sólo contra los 11 monitos en el campo sino también contra los periodistas que se encontraban cubriendo el evento. Por ejemplo, Inés Sainz de TV Azteca, ni siquiera pudo entrar al Cuscatlán y tuvo que regresarse al hotel donde estaban hospedados los de la televisora del Ajusco en San Salvador. De hecho, alguien verdaderamente respetable como John Sutcliffe de ESPN no ha dudado en afirmar varias veces que “es la única vez que en mi labor periodística he visto mi vida en peligro”.
Tampoco justifico el absurdo de los cubrebocas entre la afición o la rechifla cuando sonaba el himno nacional mexicano. Pero de eso ha decir que lo de mañana va a ser una guerra como lo dijo Aguirre y varios otros periodistas, me parece una asombrosa vacilación.
Solamente recordar que aquí en México, continuamente diversos medios de comunicación alardean y se muestran soberbios cuando se juega contra una selección del área. Al igual que la selección de futbol mexicana, la de El Salvador representa un ícono del nacionalismo mal entendido y exacerbado. Ese nacionalismo impulsado desde las altas esferas y que contribuye a la pasividad pero también a la euforia desbordada y que finalmente sirve como chivo expiatorio de los fracasos y las desigualdades sociales de una nación.
Por tanto me parece totalmente superficial el discurso de Aguirre, pues si bien en general, el ambiente en San Salvador fue una pasión mal canalizada, grotesca, grosera y con múltiples disturbios tanto antes como después del cotejo, también se debe entender el contexto de El Salvador actual con una liga paupérrima inequiparable con la de México. Y yendo aún más allá: Un país con un elevado porcentaje de población migrante y un alto grado de marginación social, sumado esto a una nación que soportó una extensa guerra civil, lo cual crea un perfecto caldo de cultivo de resentimiento hacia el exterior, lo cual se plasmó ese 6 de junio en las tribunas del Estadio Cuscatlán.
Así pues, al igual que Ricardo Antonio Lavolpe y Hugo Sánchez, Javier Aguirre puede seguir declarando cuanta tontería se le venga a la boca sin que alguien ponga en tela de juicio sus declaraciones. Javier expresó “No tenemos esa sensación de venganza, pero sí tenemos memoria y en esa memoria vivimos recuerdos de lo que nos pasó allá". El Vasco habrá de poner a maquinar más la memoria de la que tanto pregona, pensar mejor lo que dice y tener más cuidado de sus movimientos, pues la tortilla se le puede voltear en cualquier momento, como cuando soltó aquella patada al jugador panameño en la Copa de Oro, en la que todo mundo lo crucificó e inclusive varios paleros pidieron su cese. Es pues el poder de los medios, este quien este.
Para revisar las ideas, conceptos y declaraciones de Aguirre:
http://video.msn.com/?mkt=es-mx&vid=18b23c06-7e4f-493a-80ca-170293f1e395&playlist=videoByUuids:uuids:c7343a63-7a1c-4ce5-900c-1190a7c7ca20%2Ccd4480d2-2895-425c-bdbb-34bdc22ced0f&tab=g1193778188595
el rey feo
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